Sobre nuevos comienzos


Después de unos días en mi amada Ciudad de México, me encontré con que la ciudad en la que vivo había sufrido cambios. Muchas de las casas que habían sufrido fuertes daños por el sismo que nos tocó vivir el 7 de septiembre pasado habían sido destruidas. Cual dentadura de un niño que está mudando dientes, las calles mostraban claros, donde antes se erigían casas.

Consideré lo difícil que habrá sido para esas familias perder su casa. buscar donde vivir mientras, trasladar sus cosas, y enfrentar el proceso de volver a construir. La frustración de tener que volver a empezar. De repente, esa idea me golpeó la mente con fuerza: ¡Tienen la oportunidad de volver a empezar! De levantar sus casas como ellos quieran. Podría verse como una perdida o como una oportunidad, pues al final, si habían sido capaces de levantarlas una vez, serían capaces de hacerlo de nuevo. De allí nació esta reflexión.

Los terremotos que azotaron el Istmo de Tehuantepec y la Ciudad de México pusieron al descubierto las fallas estructurales internas de los edificios y viviendas. Podrían verse hermosos, muy bien arreglados, pero por dentro no estaban bien construidos, no tuvieron el mantenimiento adecuado o, en otros casos, ya estaban viejos. El terremoto los destruyó y nos reveló los daños que había en ellos.

Era un día cualquiera, uno como tantos otros. Nos fuimos a dormir... y la tierra tembló. Era un día como cualquiera, comenzaste el día como cualquier otro, cuando el terremoto te golpeó; descubriste la infidelidad de tu pareja; tu mano temblando mientras escuchabas el fatal diagnóstico del médico; fuiste abandonado, herido, lastimada, humillada; no te lo esperabas, pero pasó.

Y ese terremoto te sacudió, te rompió... y reveló lo que había dentro de ti. tal vez reveló que detrás de la fachada de persona exitosa, controlada, cristiana; había muchas grietas internas; muchas dudas, egoísmos, heridas, traumas, y pasó lo inevitable: Te derrumbaste. Donde antes tenías lo que llamabas vida, hoy solo quedan escombros y sueños rotos. Pero, espera un momento, ¿Te has dado cuenta de algo? Tienes la oportunidad de volver a empezar. Tienes la oportunidad de reconstruir. De poner buenos cimientos, de desarrollar relaciones profundas, de vivir bien.

Al final de cuentas, terremotos seguirá habiendo, impredecibles. algunos mueven la vida un poco, otros son letales. Pero si construyes bien, entonces podrás hacerles frente. Ejemplo de esto es nuestra Torre Latinoamericana; tres terremotos ha visto pasar y permanece. Buenos cimientos, buenos materiales.

Así que, querido amig@, construye tu vida desde abajo. vuelve a empezar. Aprende de Dios, cimienta tu vida en su Palabra. Porque la tierra seguirá en un declive, por que la humanidad se tornará más violenta y solo el que permanezca hasta el fin será salvo. Tal vez el terremoto te destruyó, pero no es el fin. Pon manos a la obra y levántate una vez más.

Comentarios

Entradas populares