Como vencer a la carne: lecciones de la vida de Jacob III


Hay una lucha dentro de nosotros, entre la carne (el egoísmo y la independencia de Dios) y el espíritu (nuestra Nueva naturaleza en Cristo). Y, claro está, Dios está de nuestro lado para vencer a la carne. Vamos a la vida de Jacob, en un punto crucial para entender esto: Peniel.

Fase III. La liberación, el egoísmo sujeto a la acción del espíritu. Génesis 32:22-32.

Solo hay un trato de Dios para nuestra carne: la muerte. Pero es una muerte dolorosa, pues nuestra carne está formada de conceptos, sentimientos, emociones, deseos, etc. profundamente arraigados en nosotros. Y la muerte de ellos son dolorosos. Aprendamos de Jacob los principios que conlleva la muerte de nuestra carne.

Bueno, técnicamente la carne ya está muerta, según lo que dicen las Escrituras (Ga. 2:20); eso es lo que representa el bautismo. Sin embargo, nuestro cuerpo queda infectado de ella, con deseos desagradables que se oponen a la acción del espíritu (Ro. 8:6-10), por lo que son instruye a no satisfacer esos deseos, es decir, a no ser egoístas y aprender a ser dependientes de Dios. A eso se refería nuestro Señor cuando dijo que teníamos que negarnos a nosotros mismos (Mt. 16:24).

Bien, Jacob regresa a su tierra y está a punto de enfrentarse a su hermano Esaú, a quien le había robado la primogenitura. Pero, antes, tenía una cita muy especial con Dios, completamente diferente a la de Betel, esta vez sería en Peniel. De su proceso podemos aprender como tratar la carne.

Primero, vemos como Jacob hace que vayan delante de él todas sus posesiones, trata de calmar la ira de Esaú de esta manera (otra vez no confía en Dios). Al final hace que se adelante su esposa preferida y su hijo de esta, José.

Entonces, el primer principio es que debes de quedar solo. La carne confía en muchas cosas fuera de Dios: en su intelecto, en su experiencia, en un familiar, en el dinero, en las posesiones, etc. Sin embargo, Dios debe de ser el centro de nuestras vidas.

Piensa un momento y verás que las pruebas que más te han costado son aquellas en las que has perdido el apoyo de aquello en que confiabas: tu trabajo, tu iglesia, tu posición, algún amigo, etc. Dios encamina todo para que tengas un encuentro con él en soledad.

La carne no puede ser vencida por una liberación, ayuno, lectura de la Biblia, u oración por sí mismas. Necesitas un encuentro con el Señor. Jacob se encuentra con el Señor mismo en esa noche de soledad, llega a un punto culminante donde tiene un encuentro con Dios.

Si quieres madurar comienza a pedir una revelación del señorío de Dios a tu vida, deja de andar haciendo oraciones "enlatadas" y declaraciones "prefabricadas"; y comienza a orar postrado buscando una revelación de parte de Dios como tu Señor, ese será un golpe mortal para tu carne y rompe el ciclo infinito de pecar - arrepentirse - pecar - arrepentirse.

El siguiente principio en el cual tu carne es destruida es aprender a abandonarte a Dios. Si piensas un momento, te darás cuenta que no hay nada que puedas hacer para ganarte a Dios, excepto abandonarte a su gracia y misericordia.

Cuando Jacob lucho con el Señor, ¿piensas que Dios usó toda su fuerza? ¡Claro que no! El Señor tocó el muslo de Jacob y lo rompió. El resultado claro y sencillo de esto es un dolor profundo y que Jacob ya no pudo estar de pie. Cayó hacia adelante y se aferró al Señor, ¿seguía teniendo fuerzas? no. Así que lo único que le quedo fue quedar tendido sobre el Señor aferrándose a él.

Lo mismo pasará en tu vida, llegará un momento en que lo único que te quede es Dios, y solo podrás quedarte tendido delante de él y, entonces, vendrá una revelación sorprendente. Antes de poder entender quien es Dios, te será revelado quien eres tú.

El Señor le pregunta ¿Cómo te llamas? como en los tiempos bíblicos el nombre era parte de la naturaleza de la persona, la pregunta exacta sería ¿Quién eres? No le queda más remedio que reconocer lo que era, Jacob, que en lengua hebrea quiere decir "engañador" o "suplantador". Eso era lo que había sido toda su vida.

Cuando llegues a ese punto, en medio del desierto, en medio de la soledad, en medio de la prueba, Dios te revelará lo que eres. No se trata de que no lo sepas, sino que la revelación te permite reconocerlo y verte tal cual eres, un ser humano con errores y pecados. Pero, es entonces, cuando entiendes la gracia de Dios.

Tal vez para ti sea una novedad reconocer lo que eres, voltear a ver tu vida y darte cuenta de que mucho de lo que hacías para Dios en realidad lo estabas haciendo para ti mismo. Mas para Dios no es novedad, Él ya lo sabía, así que te lo muestra, lo reconoces y entonces recibes la gracia de Dios al ser recibido por Él a pesar de lo que eres.

Dios transformó completamente la naturaleza de Jacob al cambiarle el nombre. De Jacob pasa a ser Israel, de quien descienden los israelitas, de quien nacería el Señor Jesús.

La única forma de vencer la carne es ser quebrantado. Entonces comienzas a formar una nueva experiencia en Dios, entonces dejas de usar el egoísmo y la independencia y comienzas a depender completamente de Dios, eso es vivir en el espíritu. Es por lo que debes orar.

No es fácil, lo sé, pero es la más hermosa experiencia que te puede suceder. Mi oración es que Dios te permita experimentarlo y, luego, fortalecer a los hermanos en Cristo que están cerca de ti.

Comentarios

  1. en verdad.q esto m lleva a confrontarme y a reconocer q Dios tiene mucho x enseñarme.
    tal como lo dices,en esta publicación. Dios siga usando tu vida y te bendiga junto a El si y Sofi.

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