Como orar por los hijos 4. Por sus relaciones interpersonales


Una cosa quedó clara cuando Dios creó a Adán. Él estaba complacido por el desempeño de Adán. Sin embargo, se dio cuenta que había un problema. «No es bueno que esté solo», fue la conclusión ante este dilema. La Biblia es clara, los seres humanos no fuimos creados para desarrollarnos en soledad. Nos necesitamos unos a otros.

Por experiencia puedo decirte que una de las principales razones por las que los cristianos de cuna abandonan la Iglesia, es debido a las relaciones que entablan. Tal pareciera que, al llegar a la adolescencia, los problemas de identidad nos lanzan a los brazos de relaciones no productivas. Y no me refiero solamente a parejas sentimentales, sino a las relaciones de amistad.

Bien dice la sabiduría popular: «Dime con quién andas y te diré quién eres». En un curso que tomé se mencionaba que uno es la media de sus tres relaciones más profundas. Si tu hijo se junta con tres personas problemáticas, imagínate el nivel que tendrá. John Maxwell, experto en liderazgo, dice que el círculo íntimo de una persona lo levantará o lo destruirá. La Biblia muchas veces nos advierte sobre las malas compañías (sobre todo en el libro de Proverbios).
En fin, queda claro el por qué debemos orar por las relaciones de nuestros hijos. Comencemos, entonces, a ver los puntos por los cuales podemos orar:

1. Por ellos mismos.
Sí, lo sé. Parece una contradicción que en el consejo sobre relaciones comience diciendo que hay que orar por ellos. La razón es sencilla, la calidad de las relaciones de nuestros hijos dependerá en gran medida de su asertividad; es decir, de su inteligencia emocional. Esa que Dios nos da para aprender a dar amor y recibir amor. Este es un aspecto en el cual debemos de enseñar a nuestros hijos. Pero, al margen de entender que es nuestra responsabilidad enseñarles a ser asertivos, también podemos orar por ellos.

Las Escrituras nos muestran que el Señor Jesús no solamente crecía en el conocimiento de Dios, también aprendía a relacionarse con los demás: «Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en el favor de Dios y de toda la gente» (Lucas 2:52 NTV). Entonces, en nuestras oraciones, debemos pedir que nuestros hijos desarrollen inteligencia emocional, que Dios les de sabiduría y sane su corazón; para que no busquen en otros lo que solo Dios les puede dar.

Ora por que tengan un corazón sano y, a la par de tu oración, aprende como educarlos para que lo desarrollen.

2. Por su familia
La primera relación será contigo como padre y como madre. Ora para que esa relación sea fuerte. Que puedas ser ejemplo para ellos. Que se abran canales de comunicación entre ustedes, que aprendas a escucharlo, entenderlo y guiarlo en esta vida.

Bendice la relación con sus hermanos. Para que sea fuerte y armoniosa.

3. Por su pareja.
Leíste bien, desde niños debemos de orar por la pareja que van a tener. No pidas la pareja con las características que tú crees que favorecerán a tu hijo. Ora por una pareja apasionada por Dios y el complemento de tu pequeño o pequeña. Que sean guardados el uno para el otro. Que su unión nazca en el corazón de Dios.

La pareja que escoja tu hijo será determinante para el éxito o fracaso de su vida. Por cierto, aunque se case con la pareja idónea para el (ella), no significa que no tendrán problemas y que deberán de esforzarse por complementarse. Y, al final, ellos tienen libre albedrío para escoger. Aun así, orar por ellos incrementará notablemente la posibilidad de éxito en su matrimonio.

También, no podemos dejar de pasar la oportunidad, de orar por sus hijos, es decir, por tus nietos. Oremos por sabiduría, que aprendan a ser unos buenos padres y a relacionarse con sus hijos en amor.

4. Por sus amigos
Oremos porque, a lo largo de su vida, Dios de buenos amigos a tu hijo. Una vez más, no creas que solo creyentes y personas de «bien» se acercarán a tu hijo. Él tendrá todo tipo de amistades, eso es bueno, pues puede ser usado por Dios para rescatarlas. Tal cual, como el Apóstol Pablo, muchos de los que evangelizó se convirtieron, más tarde, en colaboradores y amigos cercanos.

Oremos para que los amigos más cercanos de tus hijos los impulsen a llegar más lejos. Para que nuestros pequeños sean de influencia positiva en los demás. Para que tenga compañeros de vida, aún como casado encuentre matrimonios que los acompañen y los ayuden a ser exitosos.

Dentro de esto, oremos por la Iglesia en la cual se van a desarrollar espiritualmente. No, probablemente no toda la vida estarán en la misma Iglesia contigo. Por eso, ora para que se puedan desarrollar en una congregación que ama la Verdad de Dios y desarrolla discípulos.

Ora para que encuentren líderes que los desarrollen en lo espiritual. Personas comprometidas en levantarlos a nuevas alturas a través de una relación cercana con ellos. En ese mismo aspecto, ora para que encuentren discípulos para que ellos los desarrollen, para que establezcan relaciones sanas con personas que maduren en su vida espiritual gracias a su ejemplo

5. Por los demás.
Por último, oremos porque en sus relaciones con todo el mundo sean una influencia positiva. Que amen a su prójimo. Que sean «sal y luz» para la sociedad. En sus relaciones laborales, con sus vecinos, y en cualquier lugar que se encuentre.

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