Día 49. Confiar en su Presencia


Día 49 de la Contingencia COVID-19

«Así que los filisteos pelearon con desesperación, y de nuevo derrotaron a Israel. La matanza fue grande; ese día murieron treinta mil soldados israelitas. Los sobrevivientes dieron la vuelta y huyeron, cado uno a su carpa. Entonces los filisteos capturaron el arca de Dios y mataron a Ofni y a Finees, los dos hijos de Elí» 1 Samuel 4:10-11 NTV


Israel se encontraba en guerra contra los filisteos. Fueron atacados y en la lucha mueren 4000 hombres. Después de la batalla comienzan a preguntarse la razón por la que Dios permitió que los derrotaran. Creo que la respuesta era sencilla, Dios les había dicho muchas veces que si eran derrotados se debería, principalmente, a que estaban pecando, adorando otros dioses. Sin embargo, en lugar de arrepentirse, se les ocurre traer el Arca del Pacto al campamento.

Recuerda que el Arca del Pacto debería permanecer en el Lugar Santísimo, en el Tabernáculo. Su tapa, llamada Propiciatorio, estaba adornada por dos querubines de oro. Es allí donde el Sumo Sacerdote derramaba la sangre del Cordero que era sacrificado para el perdón de los pecados del Pueblo, durante la fiesta de la Pascua. La Gloria de Dios se manifestaba entre los querubines. Era un objeto muy santo.

Así que el Pueblo de Israel en lugar de arrepentirse de sus pecados y clamar a su Dios, traen el Arca del Pacto, confiando en el objeto, en lugar de hacerlo en el Señor. Lo que, al final de cuentas, es un acto de idolatría. Sin embargo, cuando los filisteos escuchan los gritos de júbilo del enemigo, y entienden que trajeron el arca, se llenan de pavor. Ellos dicen: «Ay de nosotros, estos son los dioses que derrotaron a Egipto con maravillas».

¡Ellos tomaban más en serio el nombre del Señor que el pueblo de Israel! Los filisteos se animan a pelear con todas sus fuerzas. A los gritos de: «Peleen con todas sus fueras!» y de «¡Peleen como los hombres!» se lanzan a la batalla. Mira el texto, ellos pelearon con desesperación, hicieron una gran matanza, 30 000 hombres de Israel caen, entre ellos los hijos de Elí, pero lo peor de todo es que el Arca fue capturada.

¿Te puedes imaginar la perplejidad del Pueblo de Israel? No podían comprender como era que habían perdido si el Arca del Pacto estaba con ellos. Y allí, mi querida Iglesia, está el error. En la reflexión del día 4 comentamos como Moisés valoraba la Presencia de Dios, porque Él conocía a Dios, había hablado con Él. No así el Pueblo de Israel, ellos querían actuar a su propio parecer, no deseaban la presencia de Dios, pero sí su bendición; por lo que pusieron su fe en un objeto que representaba la presencia de Dios.

Y lo mismo hacemos nosotros. Muchas veces confiamos más en las «formas», en las «estructuras», en las «metodologías», en el «así hemos hecho las cosas», que en el Señor. Vamos a poner varios ejemplos. Cuando ministramos liberación, solemos confiar más en nuestro método que en la Presencia de Dios. Así, cuando ministramos le decimos a la persona que no puede orar con los brazos cruzados, que se tiene que tomar un poco de aceite, que debe de repetir ciertas oraciones. Lo cual, en sí mismo, no es malo; pero cometemos un error cuando confiamos más en nuestro método que en el nombre del Señor Jesús.

Lo mismo sucede cuando oramos por un enfermo. Llegamos a confiar más en ungirlo con aceite que en la presencia del Señor. Lo primero que preguntamos es: ¿Hay aceite? Porque tenemos que ungirlos con aceite forzosamente, así, confiamos más en el aceite que en el Señor Jesús. El aceite solo es un símbolo, lo que obra la sanidad es la gracia de Dios y el sacrificio de nuestro Señor Jesús.

Creo que un ejemplo perfecto de esto es el ayuno. Cuando enfrentamos un problema fuerte, cuando estamos ante una obra titánica solemos ayunar. Ahora, en qué confiamos más, ¿en nuestro Señor bueno y bondadoso o en el hecho de que ayunamos? La verdad es que, incluso, le enseñamos a los demás a poner su confianza en el hecho de que ayunaron, en lugar de confiar en el Señor. No es malo ayunar, no es lo que digo. Lo que quiero dar a entender es que ayunar solo es un medio, lo importante es la Presencia de nuestro Dios.

Israel falló en entender esto; ellos pensaron que por traer el Arca del Pacto a su campamento automáticamente Dios estaría obligado a ayudarles. ¿Te das cuenta por qué a Dios no le gusta los métodos? No hay tal cosa en el Reino de Dios. El Padre no quiere que nosotros le demos un valor de más a las cosas, a las disciplinas, a los objetos que usamos en el culto; todos son herramientas que se pueden usar para conocer más profundamente al Señor, pero la meta final es Él y nadie más.

¿Qué es lo que nos da el respaldo de la Presencia de Dios? Por supuesto que una correcta relación con Él. Una que se basa en la gracia; una que a través de nuestros actos honra el sacrificio de nuestro Señor. Estoy seguro de que si Israel hubiera clamado de todo corazón al Señor, se hubieran arrepentido, Él los hubiera escuchado y les habría dado la victoria.

Mi querida Iglesia, ¿En qué depositamos nuestra confianza? ¿Qué es lo que amamos? ¿Qué es lo que valoramos? Busquemos al Dios de las bendiciones y no solamente las bendiciones de Dios.

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