Día 51. La influencia de un hombre fiel
Día 51 de la Contingencia COVID-19
«Entonces, justo en el momento en que Samuel sacrificaba la ofrenda quemada, llegaron los filisteos para atacar a Israel. Pero ese día el Señor habló con una poderosa voz de trueno desde el cielo y causó tal confusión entre los filisteos, que los israelitas los derrotaron. Los hombres de Israel los persiguieron desde Mizpa hasta un lugar abajo de Bet-car, matándolos a lo largo del camino. Luego Samuel tomó una piedra grande y la colocó entre las ciudades de Mizpa y Jesana. La llamó Ebenezer (que significa «la piedra de ayuda») porque dijo: «¡Hasta aquí el Señor nos ha ayudado!». De modo que los filisteos fueron sometidos y no volvieron a invadir a Israel por algún tiempo. Y durante toda la vida de Samuel la mano poderosa del Señor se levantó contra los filisteos» 1 Samuel 7:10-13 NTV
En la larga rivalidad entre los israelitas y los filisteos, muchos
años los filisteos habían podido inclinar la balanza a su favor, debido al
pecado de Israel. Así que una vez más salen de su territorio para atacar, pero
no contaban con que en ese momento, sin saber que esta vez las cosas iban a ser
diferentes.
La diferencia la hacía un solo hombre: Samuel. A diferencia de
sus predecesores, Samuel no era un guerrero; pero, existía otra diferencia más
importante, Samuel era un hombre respaldado por la presencia de Dios. Sobre eso
quiero reflexionar. Cuando se trata del Reino de Dios, un hombre consagrado
puede hacer la diferencia. Nota que no nos dice que el Espíritu de Dios
descendió sobre Samuel, por la sencilla razón de que, como Profeta, eso era
algo habitual. Y esa diferencia lo cambio todo en la rivalidad con los
filisteos.
Quiero ser muy claro en esto, en una reflexión anterior, hablamos
de como los israelitas llevaron el Arca del Pacto a una batalla, como garantía
de victoria. pero que no les sirvió de nada. Esta vez no es el Arca, es una
persona, sobre la cual se manifiesta la presencia de Dios. Y eso hace la
diferencia. Queda claro que a Dios le gusta manifestarse a través de humanos y
no por objetos. Esa siempre ha sido la idea. No son los métodos, no son los
elementos, es su Presencia a través de su Pueblo.
¿Qué diferencia hizo la presencia de Samuel? ¿Qué diferencia
hace un hombre que cumple fielmente su llamado? La respuesta es sencilla,
sobrenaturalidad. Y es que hay una lógica en todo esto. El Dios que tenemos es
sobrenatural, su Reino es sobrenatural, entonces, sus siervos deben aprender a
moverse en lo sobrenatural. Y eso es lo que sucede cuando los filisteos deciden
atacar.
Por desgracia para ellos, justamente en ese momento, Samuel
estaba ofreciendo sacrificio al Señor. Digamos que estaban en medio del culto. El
enemigo ataca, pero Dios mismo habla desde el cielo, como un gran trueno. ¿Qué
habrá dicho? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que los filisteos quedaron confundidos,
atemorizados ante la voz del Señor; y los israelitas pudieron derrotarlos. ¡Qué
gran diferencia!
Las Escrituras nos dicen que todo el tiempo que Samuel vivió,
la mano poderosa del Señor estuvo contra los filisteos. ¡Cuánta diferencia
puede hacer un individuo fiel a Dios! En el Antiguo Testamento Dios escogía a
estas personas para manifestar su poder, como vimos en los jueces, algunos
fueron fieles, otros no. Pero me puse a pensar que en estos tiempos cada
creyente posee el mismo Espíritu de Dios que venía sobre Samuel. ¡Qué pasaría
si cada uno de nosotros comenzará a vivir y cumplir con su llamado!
Un ejército de Samueles, muchos con el corazón como el de
David, una multitud de Déboras y Ruts. Si tan solo permitiéramos a Dios obrar a
través de nosotros, si humilláramos nuestro corazón delante de Dios, si
abandonáramos todo para ganarlo a él, el mundo sería impactado como nunca. Y,
sabes qué… está profetizado que precisamente eso es lo que pasará.
La Iglesia que enfrentará el alumbramiento del Reino del
Anticristo estará llena de la Gloria del Señor. No será un solo hombre haciendo
la diferencia, sino una Iglesia, como un solo cuerpo, haciendo la diferencia en
el mundo. Por eso, debemos prepararnos, mantenernos fieles al Señor. Para que
la gloriosa voz del Padre resuene a través de nosotros. Para que su Presencia
respalde nuestra predicación, para preparar al mundo para la venida de nuestro
Señor.
Otra cosa que hay que señalar a favor de Samuel, es que no se
apropia de la gloria de Dios. Aunque él fue la razón por la que el Eterno
respaldó a Israel; él no pierde el piso; toma una piedra grande y la llama
Ebenezer, palabra muy famosa dentro del medio cristiano, cuyo significado es:
«hasta aquí nos ayudó Jehová». De esta forma Samuel estaba reconociendo que la
Gloria era para Dios.
El corazón de Samuel era agradable para Dios. Era un vidente al
cual se le revelaban muchas cosas. Y su influencia fue benéfica para Israel.
Esto me pone a pensar, querida Iglesia, ¿qué influencia representa nuestra vida
para los demás? Si tu congregación entrara en una batalla (espiritual, por
supuesto), ¿tu vida sería un factor determinante para la victoria? ¿qué tanto
se manifiesta la presencia de Dios dentro de ti?
Un solo hombre hizo la diferencia para Israel, ¿eres la
diferencia dentro de tu entorno? Y no me refiero solo a la congregación,
también a tu familia, con tus vecinos, en tu trabajo, en la escuela; en fin, en
tu vida diaria. Ánimo, Dios puede hacer grandes cosas a través de ti, si te
cuidas de darle siempre la Gloria a Dios.
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